Una oda a los profesores, comprometidos y con vocación, capaces de sacrificarse por la enseñanza y dejar huella en sus alumnos.
Hugo Valenzuela, inspector jefe de Educación, recibe un expediente con una orden concreta de la Dirección General. Debe dar orden de cerrar la escuela Malinalli Tenepatl, situada en la Estación de las Delicias. Es una escuela pública a bordo de un vagón. Pertenece a las denominadas escuelas Artículo 123 creadas en los años veinte y treinta para dar asistencia educativa a los empleados de empresas agrícolas e industriales y las familias que viajaban con ellos por toda la República de México.
Estos colegios fueron muriendo poco a poco a partir de los años noventa, como lo hicieron los trenes de todo el país tras la privatización del sistema ferroviario. Pero la escuela Malinalli Tenepatl se resiste gracias a la paciencia de un solo hombre: Ernesto. Todos confían que Hugo Valenzuela podrá acabar con la última escuela vagón, el país se debe modernizar. El cierre le va a suponer a Hugo un ascenso y nadie entiende por qué le cuesta tanto firmar el cierre de este expediente.
En paralelo vamos a conocer la historia de Ikal Machica, un chico que estudia en una escuela vagón, y a sus compañeros, Chico, Tuerto, Valeria y su perro Quetzal. Su historia nos va contando la historia de la escuela Malinalli Tenepatl, las clases, su rutina, y la de un profesor que va a marcar sus vidas. Las dos narraciones se van alternando, y mientras conocemos las desventuras de Ikal y sus amigos, vamos conociendo las dudas de Hugo, y las artimañas de los de Dirección General para que se dé el cierre definitivo a la escuela.
Al final, acabaremos descubriendo que Ikal Machuca, el muchacho que tiene que abandonar su hogar tras la muerte de su padre en un accidente durante la construcción del ferrocarril y que se traslada a la gran ciudad con su madre y su perro, dejando atrás a sus amigos, a su profesor y al que él cree que es el amor de su vida, es en realidad Hugo Valenzuela.
DATOS RELEVANTES: Ángeles Doñate es una autora que ha sido traducida a 14 idiomas. A parte de su labor como escritora, está implicada en entidades sociales y educativas. El último vagón se publicará en España, Argentina, Chile, Colombia, Estados Unidos, México, Perú y Uruguay.
POTENCIAL AUDIOVISUAL: Film.
IDIOMAS DISPONIBLES: Español, Italiano, Turco, Rumano.