Las voces del temblor.
Tras los terremotos del 19 y 20 de septiembre de 1985 en la ciudad de México, nada ni nadie serían nunca más los mismos. Pánico, desesperación, rabia, impotencia, horror, rescates, solidaridad, muerte, la megalópolis sembrada de destrucción por doquier. Mientras un niño salía indemne de debajo de grandes losas, en otros sitios la gente extraía cadáveres y por todas partes los rescatistas pasaban días y noches luchando con las vigas retorcidas y el concreto desplomado. El temblor golpeó directamente a miles de personas y cambió para siempre la vida de millones, pero también fue una experiencia con múltiples lecciones que aún hoy siguen vigentes.
Nada, nadie habla de la capacidad de lucha de las víctimas, del coraje por salir adelante, de las pérdidas irreparables, la solidaridad incondicional de la gente que ayudó arriesgando la propia vida o la que trabajó por horas y meses organizados para ayudar a los afectados dejando atrás todo. Pero también las omisiones, las injusticias, el saqueo, la deshumanización, la corrupción no sólo del gobierno o sus responsables sino de muchísimas personas más que sólo vieron en esta tragedia la oportunidad de sacar beneficio económico.
Mientras el mundo difundía la tragedia ocurrida en la capital mexicana, una de las primeras declaraciones gubernamentales consistió en asegurar que ningún estadio deportivo había sido afectado, por lo que se podría celebrar sin problema el Mundial de Fútbol en México al año siguiente. Se rechazó ayuda externa que ofrecían decenas de países, el ejército puso en marcha el Plan DN-III, que implicaba acordonar los edificios derrumbados, expulsar a los rescatistas y olvidar a los sepultados. La gente enfurecía, reprochándole a los militares que llegasen con ametralladoras y no con palas, grupos de policías saqueaban hogares, y, ante las denuncias, hubo reporteros y fotógrafos golpeados y amenazados.
Por su parte, la ciudadanía ejerció verdaderas tareas de rescate, se organizó en un voluntariado inédito y multitudinario, autogestionando suministro de alimentos, vigilancia nocturna o tráfico.
DATOS RELEVANTES: Poniatowska estuvo en las calles cubriendo el terremoto como periodista, publicó una serie de impactantes crónicas en el diario La Jornada. Tres años después, con el apoyo de un grupo de colaboradores, dio forma a esta obra, una estremecedora crónica formada por múltiples testimonios. Cada persona y familia vivió un drama específico, y eso está plasmado en este libro imprescindible para la memoria colectiva.
Poniatowska es activista política, líder feminista polaco-mexicana, periodista y autora de reconocimiento internacional. Esta aclamada autora ha recibido gran cantidad de premios a lo largo de su carrera como escritora. Entre ellos, destacan un Premio Miguel de Cervantes, el Premio Biblioteca Breve, el Premio Rómulo Gallegos, un Premio Alfaguara de Novela, o el Premio Mazatlán de Literatura. Además de estos, ha sido nombrada Doctora Honoris Causa en más de una decena de universidades en todo el mundo.
POTENCIAL AUDIOVISUAL: Serie TV en desarollo.
IDIOMAS DISPONIBLES: Español, Inglés.
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